viernes, 29 de noviembre de 2013

Las contradicciones en la sociedad socialista: Posición del Partido del Trabajo de Albania


El Partido del Trabajo de Albania y el Partido Comunista de China estuvieron juntos en la lucha contra el revisionismo jruschovista-brezhnevista durante la década de 1960s. Tuvieron posiciones marxista-leninistas comunes, pero también tuvieron importantes diferencias que los dos partidos expresaron tanto en sus reuniones privadas como en sus respectivos medios de difusión. Estas diferencias fueron evidentes. Y aunque fueron expresadas como opiniones particulares sobre distintas cuestiones de la teoría y la práctica de la revolución, nunca fueron debatidas entre los dos partidos. Tuvieron diferencias, por ejemplo, sobre la lucha de dos líneas en el Partido, sobre la cuestión de Stalin, y sobre diversos aspectos de la revolución socialista y la edificación del socialismo. Sobre esta última cuestión, además de las diferencias en la evaluación de la experiencia socialista en la URSS, tuvieron diferencias sobre la cuestión de las contradicciones, las clases y la lucha de clases en el socialismo. 

Por lo común, se tiende asociar a Mao Zedong al tema de las contradicciones en general y al de las contradicciones en el socialismo en particular. No sería objetivo desconocer que fue el dirigente comunista que más escribió, habló y teorizó de forma sistemática sobre la cuestión de las contradicciones. Independientemente de si lo hizo de forma correcta o no, su nombre ha quedado asociado al tema. Además del aspecto estrictamente filosófico de las contradicciones, la cuestión de las contradicciones en el socialismo es uno de fundamental importancia para comprender las leyes del desarrollo de la sociedad socialista, las características de las clases sociales en el socialismo y la lucha de clases durante el periodo de transición del socialismo al comunismo.  

De forma simple, y solo con fines de introducir el tema, diremos que el PTA y el PCCh consideraban que en el socialismo seguían existiendo las clases y la lucha de clases; que la lucha de clases se desarrollaba en todas las esferas de la vida social, contra el enemigo de clase en el interior y contra el cerco imperialista-revisionista; que la dictadura del proletariado era necesaria durante todo el periodo de transición; que la cuestión de quién vencerá, o el camino capitalista o el socialista, era una cuestión aún no resuelta con la toma del poder y la edificación socialista; que la revolucionarización de la sociedad era una tarea permanente, etc., etc. Sin embargo, tenían una discrepancia fundamental. El PTA, basado en la experiencia de la URSS de Lenin y Stalin y en la construcción del socialismo en Albania, sostenía que en una fase determinada de la edificación del socialismo, el proletariado podía y debía liquidar las clases explotadoras como clase, que en adelante el enemigo interior se nutría de los remanentes de la burguesía y los terratenientes, de la nueva burguesía que podía engendrar la producción mercantil, de los elementos revisionistas que surgían en el partido, de los burócratas en el partido, el Estado y las organizaciones económicas. La existencia de todos estos enemigos internos, a los que se sumaban los enemigos externos, explicaba principalmente las contradicciones antagónicas en la sociedad socialista, por lo que la lucha de clases seguía siendo la fuerza motriz en el socialismo. Después de la liquidación de las clases explotadoras como clase, en el socialismo existían dos clases sociales –según la definición marxista, en función de la posición en las relaciones de producción–: la clase obrera y el campesinado cooperativista, dos clases amigas, cuya alianza sirve de base a la dictadura del proletariado. Y las contradicciones entre ellas eran no antagónicas, aunque en determinadas condiciones las contradicciones en el seno del pueblo podían adquirir también un carácter antagónico. 

Además de los escritos conocidos de Mao Zedong, la posición del PCCh al respecto puede obtenerse a partir de ciertos documentos importantes, como “Acerca del falso comunismo de Jruschov y sus lecciones históricas para el mundo” de 1964 (secciones 1 y 2), “Acerca de la dictadura omnímoda sobre la burguesía” de Chang Chung-chiao, “Sobre la base social de la camarilla antipartido de Lin Piao” de Yao Wen-yuan, entre otros. Para el PCCh, las clases explotadoras, la burguesía en particular, seguían existiendo durante todo el periodo de transición del socialismo al comunismo. De esta conclusión derivaba la existencia de la lucha de clases, porque supuestamente sin clases antagónicas no puede haber lucha de clases. Las clases explotadoras habían perdido el poder pero seguían existiendo, solo habían sufrido una “transformación”.  

La diferencia de posiciones en este aspecto se tradujo en sus experiencias de construcción del socialismo, en la lucha contra el revisionismo en el interior de sus propios partidos, en la lucha de clases en sus respectivas sociedades, y en las características del poder proletario en cada país, entre otras cosas. El tema es amplio y con muchas ramificaciones, pero su estudio requiere no solo considerar el aspecto teórico de la cuestión sino contrastarlo con las experiencias históricas de la construcción del socialismo, especialmente, en la Unión Soviética, Albania y China. 

A continuación presentamos la primera sección del artículo “El PTA sobre el tratamiento y la correcta solución de las contradicciones en la sociedad socialista” de Ismail Lleshi que resume la posición del Partido del Trabajo de Albania sobre la cuestión de las contradicciones en la sociedad socialista. Al pie del post encontrarán el enlace para descargar el documento completo, y otro enlace a otro artículo sobre el mismo tema.
 


 

EL PTA SOBRE EL TRATAMIENTO Y LA CORRECTA SOLUCIÓN DE LAS CONTRADICCIONES EN LA SOCIEDAD SOCIALISTA
Por Ismail Lleshi
(1984) 
Algunas de las cuestiones más fundamentales concernientes al problema de las contradicciones en la sociedad socialista han cobrado una particular importancia en el proceso de lucha entre el marxismo-leninismo y el revisionismo, debido a que diversas variantes del revisionismo moderno especulan en torno al problema de las contradicciones en el socialismo 
EL PARTIDO DEL TRABAJO DE ALBANIA SE HA ATENIDO CONSECUENTEMENTE EN TODA SU ACTIVIDAD REVOLUCIONARIA A LA TESIS CIENTÍFICA MARXISTA-LENINISTA DE QUE LAS CONTRADICCIONES EXISTEN EN TODO LUGAR Y EN CADA ASPECTO DE LA VIDA SOCIAL, EN LA ESFERA PRODUCTIVA MATERIAL Y ESPIRITUAL, DE QUE LA LEY DIALÉCTICA DEL DESARROLLO POR MEDIO DE LA LUCHA DE CONTRARIOS, EN TANTO QUE LEY UNIVERSAL, ACTÚA TAMBIÉN EN LA SOCIEDAD, DE QUE, TAMBIÉN AQUÍ, SIN LUCHA POR LA SUPERACIÓN DE LAS CONTRADICCIONES, SU DESARROLLO SERÍA IMPOSIBLE. 
Lo mismo sucede en la sociedad socialista, cuyo avance no se produce de manera rutinaria e ideal sino de modo revolucionario, porque tiene en su base la lucha de contrarios, las contradicciones, cuyo tratamiento y solución correctos impulsan su desarrollo ulterior. Por eso el PTA tal como afirma el camarada Enver Hoxha, ha establecido continuamente, como una de las principales tareas relacionadas con su labor ideológica, «…el determinar el carácter de las contradicciones en la sociedad socialista y las vías para su correcta solución». (1) 
 
La comprensión y el tratamiento científico del problema de las contradicciones en la sociedad socialista revisten gran importancia para la elaboración de una línea política de principios, para la construcción de una estrategia científica y para la defini­ción de justas posiciones tácticas. Por otra parte, algunas de las cuestiones más fundamentales concernientes al pro­blema de las contradicciones en la sociedad socialista han cobrado una particular importancia en el proceso de lucha entre el marxismo-leninismo y el revisionismo, debido a que di­versas variantes del revisionismo mo­derno especulan en torno al problema de las contradicciones en el socialismo. 
En el pensamiento teórico de nuestro Partido y del camarada Enver Hoxha acerca del problema de las contradicciones en el socialismo destaca su resuelta actitud en defensa de la herencia de los clásicos del marxismo-leninismo en ese terreno, en lucha consecuente por el desenmascaramiento de todas las tergiversaciones y falsificaciones revisionistas. Son, asimismo, síntesis de la rica experiencia del trabajo del Partido sobre el tratamiento y justa solución de las diversas contradicciones a que ha dado lugar el proceso de la revolución y la construcción socialista en Albania, síntesis que aporta una valiosa contribución al desarrollo de la teoría marxista-leninista sobre las contradicciones en cuestiones esenciales como: el lugar de las contradicciones antagónicas en el socialismo, la importancia del correcto conocimiento y trata­miento de las contradicciones antagónicas y no antagónicas, los métodos para resolverlas, etc. 
1. EL LUGAR Y EL PAPEL DE LAS CONTRADICCIONES ANTAGÓNICAS
EN LA SOCIEDAD SOCIALISTA 
Los clásicos del marxismo-leninismo, al analizar la historia del desarrollo de la sociedad, subrayaban que es resultante de la acción coordinada de innumerables fuerzas, que chocan entre sí porque tienen intereses, objetivos y aspiraciones no iguales. Descubrieron y argumentaron que, el hecho de que los intereses de las personas, de las clases y de las diversas fuerzas sociales, choquen entre sí no depende de su deseo, sino de factores más profundos, objetivos, entre los cuales ocupa el lugar principal y decisivo el carácter de la relación de las personas con los medios de producción. De este modo, en las condiciones de la propiedad privada sobre los medios de producción, los intereses y sobre todo los intereses fundamentales de las clases y de las diversas fuerzas sociales, están en mutua contradicción, porque la propiedad privada divide a la gente y las clases, contrapone sus intereses y aspiraciones. Por eso las contradicciones antagónicas se hallan en todas las sociedades que se erigen sobre la base de la propiedad privada, caracterizan estas sociedades, son típicas de ellas.  
Por el contrario en el socialismo, con la eliminación de la propiedad privada y el establecimiento de las relaciones socialistas de producción se produce una gran transformación cualitativa, desaparecen las clases explotadoras como tales. En las nuevas condiciones se plantea una serie de importantes problemas de principio, en relación con el lugar que ocupan las contradicciones antagónicas en la sociedad socialista, con los terrenos y direcciones de su expresión, con el papel que juegan, etc.
El pensamiento teórico marxista-leninista de nuestro Partido ha argumentado ampliamente que en la sociedad socialista, a pesar de la desaparición de la propiedad privada y de las clases explotadoras, existen otros factores y causas que condicionan la existencia de las contradicciones antagónicas a la par de las no antagónicas. En las condiciones de la sociedad socialista, nuestro Partido y el camarada Enver Hoxha tratan las contradicciones antagónicas como resultado de la existencia de las ex-clases explotadoras o de sus remanentes; del posible surgimiento, también en el socialismo, de nuevos elementos burgueses, como resultado de la degeneración de ciertas personas y de su paso a posiciones antipopulares y antisocialistas; de la existencia del enemigo exterior, del imperialismo, del revisionismo y de la reacción (la contradicción entre el socialismo y ellos es expresión de la contradicción entre dos clases con intereses diametralmente opuestos, entre la clase obrera y la burguesía); de la existencia de las diversas formas y manifestaciones las ideologías extrañas, caducas o actuales.  
De la tesis científica sobre la existencia de las contradicciones antagónicas en la sociedad socialista, se desprenden importantes conclusiones para la actividad práctica, entre las cuales dos son las más importantes.  
La primera y más importante conclusión es el reconocimiento de la lucha de clases en el socialismo como fenómeno objetivo,  la indispensable aceptación del desarrollo de la lucha de clases para dar solución a estas contradicciones antagónicas. Subrayando el condicionamiento recíproco del proceso de la lucha de clases con el de la existencia de contradicciones antagónicas en el socialismo, el camarada Enver Hoxha escribe que «...también en esta sociedad nueva existirán, durante un largo período de tiempo, las clases: la clase obrera y el campesinado trabajador, en estrecha alianza entre sí, pero subsistirán también los remanentes de las clases derrocadas y expropiadas.  A lo largo de todo este período, estos remanentes, así como los elementos que generan y se oponen a la construcción socialista, harán esfuerzos por recuperar el poder perdido. Así pues, también en el socialismo existirá una enconada lucha de clases». (2) 
La segunda conclusión está ligada a la importancia del reconocimiento de las contradicciones antagónicas, como fenómeno objetivo, para comprender correctamente el proceso de desarrollo de la sociedad socialista. Se trata de un proceso complejo que choca también con diversas dificultades. Es preciso conocer estas dificultades, saber cómo han surgido y en qué medida influyen en el avance de la sociedad socialista y, de este modo, explicar por qué y cómo deberán ser superadas. Una parte de ellas son consecuencia de la actividad hostil desplegada por aquellas fuerzas que tienen intereses esenciales diametralmente opuestos a los intereses del socialismo. Cabe mencionar las dificultades que genera el cerco imperialista-revisionista al proceso de la construcción socialista. Los enemigos internos, tanto los viejos, las ex-clases explotadoras y sus remanentes, como los nuevos, han creado tales dificultades al proceso de la construcción del socialismo. Estas dificultades, conociendo su origen, son superadas del modo y por la vía adecuados.  
La argumentación de la existencia de contradicciones antagónicas en el socialismo, junto a las no antagónicas, diferencia radicalmente la posición del PTA de las diversas tergiversaciones y falsificaciones revisionistas. 
Los revisionistas jruschovistas han pretendido que sólo durante el período de la construcción de la base económica del socialismo existen aún las contradicciones antagónicas, mientras, después, desaparecerán las contradicciones de este tipo, idea ésta que atraviesa todos los análisis jruschovistas sobre el problema de las contradicciones en el socialismo. El único argumento, que han utilizado y utilizan los revisionistas jruschovistas para demostrar la inexistencia de contradicciones antagónicas en la sociedad socialista, es el de la desaparición de las clases antagónicas. La experiencia de la construcción socialista en Albania ha confirmado plenamente que con la desaparición de las clases explotadoras no desaparecen las personas que integraban estas clases, sino que continúan existiendo como restos de esas clases, que, como afirma el camarada Enver Hoxha, no obstante «...haber sido vencidas política, ideológica, militar y económicamente, no renuncian jamás, ni un instante, a su idea de recuperar el poder y establecer el poder burgués».(3)  Sus intereses esenciales están en completa contradicción con los intereses del pueblo, de la revolución y del socialismo, por eso las contradicciones en este campo son profundamente antagónicas. 
Al negar la existencia de las contradicciones antagónicas en el socialismo, los revisionistas jruschovistas han perseguido y persiguen determinados fines. En primer lugar lo utilizan como «argumento base» para negar la lucha de clases en el socialismo y enmascarar la verdadera realidad de los países revisionistas, donde existe y se desarrolla una exacerbada lucha de clases entre el proletariado y la nueva burguesía que domina en ellos. Al desenmascarar los propósitos revisionistas de negar las contradicciones antagónicas y la lucha de clases en el socialismo, el PTA y el camarada  Enver Hoxha se han atenido consecuentemente a la tesis de que en la sociedad socialista, «...donde la feudo- burguesía ha sido desbaratada política y económicamente como clase y donde se desarrolla una implacable lucha contra los remanente de su ideología, las clases antagónicas han desaparecido (y esto, naturalmente, no se debe entender como que haya desaparecido la lucha de clases contra los elementos de las clases expropiadas y los que degeneran, contra las reminiscencias y las manifestaciones extrañas que provienen precisamente de la vieja sociedad de clases, de los Estados capitalistas e imperialistas que nos rodean y presionan cada día y a cada hora, de la difusión del revisionismo moderno que trata de acabar con el socialismo)». (4)
Hay corrientes revisionistas que reconocen la existencia de las contradicciones antagónicas en el socialismo, pero ligándolas a la existencia de la burguesía como clase incluso tras las transformaciones socialistas producidas en el terreno de la propiedad. Mao Tse-tung pretendió haber descubierto, por primera vez en la historia del desarrollo del marxismo-leninismo, la existencia de contradicciones, de clases y lucha de clases tras la completa finalización de la transformación socialista de la propiedad sobre los medios de producción, ya que existen las clases opuestas, la burguesía y el proletariado. (5) 
Este razonamiento oportunista descansa sobre la tesis de que tras la edificación de la base económica del socialismo, siguen existiendo las clases opuestas. Que tras la finalización de la construcción de la base económica del socialismo continúan existiendo clases, es una tesis formulada por los clásicos del marxismo-leninismo. Según la teoría marxista-leninista, la clase obrera y el campesinado cooperativista son dos clases, pero dos clases amigas, liberadas de la opresión y la explotación. Stalin escribía en 1936 que, con la instauración de la propiedad socialista y de las relaciones socialistas de producción, cambia radicalmente la antigua estructura de clases de la sociedad, desaparecen las clases explotadoras y la sociedad se compone ahora de dos clases amigas, la clase obrera y el campesinado cooperativista, así como de la intelectualidad popular como capa particular de la sociedad. 
Cuando pretendían que, con la plena finalización de la transformación socialista de la propiedad sobre los medios de producción, siguen existiendo las clases, los revisionistas chinos no habían hecho ningún descubrimiento. Su «descubrimiento» consistía en declarar que incluso tras la construcción de la base económica del socialismo existen todavía clases opuestas, la burguesía y el proletariado. El PTA y el camarada Enver Hoxha han rechazado hace tiempo esta tesis revisionistas por su carácter oportunista y antimarxista, tergiversación flagrante de la definición leninista de las clases. 
Lo importante es no sólo reconocer la existencia de las contradicciones antagónicas en el socialismo, sino determinar la esfera de su actuación, los terrenos y las direcciones en que se expresan.  
Como se sabe, las contradicciones no antagónicas constituyen en el socialismo un amplio y rico abanico. Como pone de relieve el camarada Enver Hoxha «...existen en una gran variedad, bajo las más diversas formas, en diferentes lugares y momentos».(6)  Las contradicciones no antagónicas surgen en las relaciones entre dos clases amigas, la clase obrera y el campesinado cooperativista, en el seno de cada una de ellas y en distintos grupos y capas de la sociedad. En este aspecto, digámoslo así, cuantitativo, las contradicciones antagónicas no tienen la riqueza ni diversidad de las contradicciones no antagónicas. Mas, de aquí no se puede extraer la conclusión de que las contradicciones antagónicas tengan una esfera de extensión limitada ni limitadas las direcciones de su expresión. Al analizar este problema, el PTA y el camarada Enver Hoxha hacen una llamada de atención a no confundir la diversidad y las formas de expresión de los dos tipos de contradicciones, donde existen también diferencias, con las direcciones y los campos de su existencia; al igual que no hay que confundir el problema de la extensión de las contradicciones antagónicas con el problema del papel que juegan en este o aquel campo en diferentes etapas del desarrollo de la revolución y de la construcción socialista. 
Por el contrario, confundir, estas cuestiones, puede conducir a errores teóricos de consecuencias negativas para la actividad práctica, puede conducir a la incomprensión del carácter de las contradicciones concretas y a la reducción artificial del círculo de contradicciones antagónicas. A estas conclusiones conducen los puntos de vista de que supuestamente las contradicciones antagónicas se centran principalmente en el terreno de la ideología o principalmente en el terreno político. El punto de vista de que las contradicciones antagónicas en el socialismo se hallan centradas principalmente en el terreno ideológico limita la correlación de las fuerzas antagónicas sólo a esta esfera, negando así la aguda lucha que se produce entre las fuerzas del socialismo y sus enemigos en los terrenos político, económico, etc. Los análisis científicos de la realidad del desarrollo de la lucha de clases en el socialismo han llevado al PTA y al camarada Enver Hoxha a la conclusión de que «...el enemigo libra su lucha en todos los sentidos. Nos combate tanto en lo ideológico, como en lo económico y lo político»(7), lo que muestra que las contradicciones antagónicas no pueden ser reducidas a un determinado aspecto, sino que existen en todos los principales aspectos.  
El considerar las contradicciones antagónicas, como las no antagónicas, en su amplio abanico de manifestaciones en los principales terrenos, no significa que sean perpetuas. Deben y pueden ser superadas, resueltas, y de este modo la sociedad marcha adelante. La lucha de clases que desarrollan las masas trabajadoras bajo la dirección del Partido, para desarraigar todo remanente de la sociedad capitalista, para conducir la revolución socialista hacia su triunfo definitivo, resuelve continuamente las diferentes contradicciones antagónicas hasta que, con la desaparición de las clases en el comunismo y el completo triunfo de éste, dejarán de existir las contradicciones de carácter de clase. Lo mismo ocurre con las contradicciones no antagónicas de la sociedad socialista. Con la solución de éstas o aquellas contradicciones concretas, surgirán  otras nuevas. Así tiene lugar el desarrollo progresivo de la sociedad socialista hacia el comunismo, que va acompañado de la propia desaparición de las causas que generan la existencia de tales contradicciones. 
El punto de vista de Mao Tse-tung, según el cual, al cabo de 10 mil años, seguirían existiendo contradicciones y lucha «en el sentido de lucha de clases e incluso revolución»(8) es anticientífico de principio a fin. Con esto no se manifiesta simplemente la idea de la existencia de contradicciones que, como tales, en tanto que fuente de movimiento existirán siempre en la sociedad humana. Lo que se manifiesta con esto es el punto de vista de que son y serán contradicciones de clase, pues se acepta la existencia de la lucha de clases incluso dentro de 10 mil años. Es evidente que, según esto, los dos tipos de contradicciones que existen en el socialismo existirían perpetuamente. La sociedad no se libraría de dichas contradicciones. El plazo de 10 mil años es convencional, hace referencia a un futuro muy lejano. Para los revisionistas chinos es expresión de la existencia ilimitada de las contradicciones de clase. Así, aparecen como perpetuas para la propia sociedad humana. Estos puntos de vista son completamente opuestos a la concepción marxista-leninista sobre los dos tipos de contradicciones. Su existencia está ligada a los intereses de las clases y de las diversas fuerzas sociales, intereses que se manifiestan bajo diferentes formas. Es, por tanto, evidente que, en la futura sociedad comunista, sin clases, no existirá ya la base de las contradicciones de clase y de la lucha de clases. Las contradicciones seguirán existiendo, pero dejarán de ser contradicciones de clase, antagónicas o no. En la práctica, los puntos de vista de los revisionistas chinos difunden, de una manera refinada, la errónea ilusión de que es inútil la titánica lucha que desarrolla el proletariado por el triunfo de la revolución socialista y la construcción del socialismo, puesto que la sociedad socialista es presentada por ellos como un cúmulo de contradicciones, en principio irresolubles. La presentación de las contradicciones de la sociedad socialista como irresolubles, ha sido calificada por el camarada Enver Hoxha como típica de las concepciones burgués-revisionistas. 
La comprensión y correcta explicación científica del lugar de las contradicciones antagónicas en la sociedad socialista está estrechamente ligada a otro importante problema, el de su papel. El PTA y el camarada Enver Hoxha subrayan que en la solución de este problema deben ser debidamente tenidas en cuenta las relaciones que guardan las contradicciones antagónicas y no antagónicas con la sociedad socialista. Las contradicciones antagónicas no pueden ser situadas en el mismo plano que las no antagónicas cuando se trata de su relación con el socialismo como sistema. 
La sociedad socialista, donde han desaparecido la propiedad privada y las clases explotadoras, no contiene en su naturaleza el antagonismo entre los intereses fundamentales de las clases, lo que caracteriza al socialismo como sistema, y es en este contexto que Lenin recalcaba que en el socialismo el antagonismo desaparece. Las contradicciones antagónicas no son consubstanciales al socialismo, que no contiene en su naturaleza factores que originen contradicciones de este tipo. Estas no emanan de la esencia de las relaciones socialistas de producción, que son relaciones de colaboración y ayuda mutua entre las clases amigas, la clase obrera y el campesinado cooperativista. Por su propio carácter, las contradicciones antagónicas son extrañas al socialismo. El socialismo las ha heredado, son consecuencia de las huellas de la vieja sociedad, que se conservan en el socialismo, y de la presión exterior ejercida por el mundo capitalista-revisionista. El socialismo, como sistema, está caracterizado por las contradicciones no antagónicas, típicas de él. Si no se evidencia esta distinción esencial en la relación de las contradicciones antagónicas y no antagónicas con el socialismo, es imposible comprender lo que caracteriza al socialismo como régimen cualitativamente nuevo. 
Sólo que nuestro Partido y el camarada Enver Hoxha han dejado claro que de aquí no deben extraerse conclusiones que sobrestimen un tipo de contradicciones y subestimen el otro. La cuestión del papel que juegan los dos tipos de contradicciones debe ser planteada y solucionada en estrecha ligazón con las condiciones concretas objetivas de la existencia de dichas contradicciones, con los objetivos fundamentales que pretende alcanzar el desarrollo de la revolución y de la construcción socialista y con los problemas fundamentales que aparecen en dicho proceso. Concibiendo de este modo la cuestión, el pensamiento teórico marxista-leninista de nuestro Partido y del camarada Enver Hoxha ha llegado a la conclusión de que tanto las contradicciones antagónicas como las no antagónicas ocupan en el socialismo un importante lugar. Dando de modo sintetizado el lugar de las contradicciones antagónicas en el socialismo, el camarada Enver Hoxha afirma: «Tengamos siempre en cuenta que nos hallamos en el período de transición del capitalismo al  comunismo. Esto significa que durante este período el capitalismo y el socialismo se hallan en irreconciliable lucha. Lucha que prosigue durante todo el periodo de transición que no se sabe cuánto dura, pero que lo hará aún por largo tiempo. Nadie debe pensar que esta lucha ha sido ganada para siempre en nuestro país». (9) 
La encarnizada lucha de clases, que se desarrolla entre el socialismo y el capitalismo, representa en sí misma la lucha consecuente y resuelta que desarrollan la clase obrera y las masas trabajadoras bajo la dirección del Partido, en defensa y reforzamiento continuos del poder popular, para desarrollar las fuerzas productivas y perfeccionar las relaciones socialistas de producción, para elevar aún más el bienestar de las masas trabajadoras, acerar y hacer indestructible la capacidad defensiva de la patria socialista, para educar al hombre nuevo con una concepción del mundo científica y de carácter revolucionario. Toda esa lucha se desarrolla en agudo enfrentamiento con las tentativas e innumerables esfuerzos desplegados por las fuerzas reaccionarias para derrocar el poder popular e instaurar el poder de la burguesía y del revisionismo, para someter el país a la múltiple esclavitud del imperialismo, el revisionismo y la reacción, saquear sus grandes riquezas, oprimir y explotar hasta la médula a las masas trabajadoras, difundir su ideología decadente, que envenena la conciencia de las gentes, para ocupar el país incluso militarmente y transformarle en una verdadera colonia. En esencia, el proceso de la construcción socialista está estrechamente ligado a la lucha de las  fuerzas del socialismo contra estas fuerzas reaccionarias, por cuestiones cardinales, por lo tanto, las contradicciones antagónicas no pueden ser subvaloradas.  
En los documentos del Partido y en las Obras del camarada Enver Hoxha no sólo está científicamente argumentado el lugar que ocupan las contradicciones antagónicas en la sociedad socialista, sino que además se ha subrayado la importancia que reviste el determinar la contradicción antagónica fundamental durante el período de la transición del capitalismo al comunismo o en sus diferentes etapas, como condición indispensable para elaborar una correcta línea política y aplicarla consecuentemente. 
Sobre la base de un análisis concreto de las condiciones objetivas del desarrollo de la revolución y de la construcción socialista y teniendo presentes las principales direcciones del desarrollo de la lucha de clases, nuestro Partido ha llegado a la conclusión, de que la contradicción antagónica fundamental, durante todo el período de transición del capitalismo al comunismo, es la contradicción entre el socialismo, que ha triunfado y camina hacia su triunfo definitivo, y el capitalismo, que, aunque vencido, trata de recobrar su poder perdido.  
La contradicción antagónica fundamental entre el socialismo y el capitalismo, en diferentes etapas del desarrollo de la revolución y de la lucha de clases, tiene sus correspondientes formas de expresión y solución. La experiencia de la revolución y de la lucha de clases en Albania ha mostrado que la contradicción antagónica fundamental en el terreno político se ha manifestado como contradicción del pueblo con los ocupantes y las clases explotadoras, que se unieron en un frente común. Esa contradicción se resolvió con la liberación del país y la instauración de la dictadura del proletariado. En el terreno económico se ha manifestado como contradicción entre las nuevas relaciones socialistas  de producción y las relaciones feudal burguesas y se resolvió con la construcción de la base económica del socialismo tanto en la ciudad como en el campo. En el terreno ideológico se ha manifestado como contradicción entre la ideología proletaria y la ideología burguesa; su solución conducirá al triunfo completo de la ideología y de la moral comunistas sobre la burguesa, a la multifacética educación comunista de las masas trabajadoras. 
Entre las diversas formas de expresión de la contradicción entre el socialismo y el capitalismo, en los correspondientes terrenos, existe un vínculo y un orden interno y orgánico, reflejo de las leyes  del desarrollo de la revolución y de la construcción socialista, que deben ser, sin falta, tenidos en cuenta en la determinación de la contradicción antagónica fundamental concreta en esta o aquella etapa. Las propias leves del desarrollo de la revolución plantean en primer lugar, como contradicción fundamental, la contradicción existente en el terreno político, sin cuya solución no se puede lograr la solución de las demás contradicciones. Tras la toma del poder político por la clase obrera, bajo la dirección de su Partido, es indispensable que el nuevo poder se apoye sobre su propia base económica y por consiguiente la contradicción fundamental de esa etapa es la contradicción en el terreno económico, después de cuya solución cobra una particular importancia la contradicción en el terreno ideológico. Con la solución de cada una de estas contradicciones fundamentales de etapas determinadas se resuelve gradualmente la propia contradicción antagónica fundamental entre el socialismo y el capitalismo. 
Nuestro Partido ha planteado claramente, asimismo, que con el triunfo de la revolución socialista en este o aquel terreno, por ejemplo en los terrenos político y económico, se solucionan las correspondientes contradicciones antagónicas fundamentales, quedan solucionadas como tales, como fundamentales, pero esto no significa en absoluto que en aquellos terrenos dejen de existir contradicciones antagónicas. Las contradicciones antagónicas siguen existiendo en todos estos terrenos, lo que, entre otras cosas, determina el desarrollo frontal de la  lucha de clases en todas sus principales direcciones: políticas, económicas e ideológicas. 
Las contradicciones fundamentales de las diversas etapas tienen no sólo su orden orgánico, sino además un condicionamiento recíproco, tal como lo argumenta claramente la conclusión del PTA de que, hasta que no se haya solucionado la contradicción fundamental también en el terreno ideológico, no se puede considerar solucionada completa y definitivamente la contradicción fundamental ni en el terreno político ni en el económico. Sólo comprendiendo las contradicciones fundamentales en las formas concretas de su expresión y en la relación y condicionamiento recíprocos es posible determinar las tareas que corresponden a cada etapa de la revolución y de la construcción socialista, es posible determinar al enemigo principal contra el que hay que enfilar la punta de lanza de la lucha, determinar las fuerzas motrices y los aliados en este proceso. 
Reviste una gran importancia la justa comprensión de la contradicción antagónica fundamental en el período de transición al comunismo, como contradicción entre el socialismo y el capitalismo. Esta se manifiesta en el trabajo y los esfuerzos desplegados por las masas trabajadoras, dirigidas por el Partido, para hacer triunfar el socialismo y en la lucha contra la posibilidad que implican diversos factores hostiles de que este proceso revolucionario se interrumpa o degenere en retroceso al capitalismo, como ocurrió en la Unión Soviética y en los demás países revisionistas. A sí pues, la lucha entre el socialismo y el capitalismo es en esencia la lucha del socialismo para evitar esta posibilidad, la que desean y tratan de lograr todos los enemigos internos y externos. Una posibilidad semejante existe en todos los terrenos, político, económico, ideológico y militar, por eso, independientemente de la solución de esta o aquella contradicción fundamental en esta o aquella etapa de la revolución y de la construcción socialista, las contradicciones antagónicas continúan existiendo durante todo el período de transición, en todos los terrenos y en mutuo enlace. Por consiguiente, la lucha de clases, en cada uno de esos terrenos, no se desarrolla aislada, sino entrelazada y mutuamente complementada.
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Tomado de la revista “Albania Hoy”, nº 1 de 1984, págs. 17-26.
 
Digitalizado para “Crítica Marxista-Leninista” por Gustavo Bilbao.
 
 
 
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